El Consejo Asesor de Infraestructuras de Cataluña (CAIC) defiende un nuevo modelo de financiación de las autovías y autopistas basado en el pago por uso y por contaminación. Aprovechando el próximo vencimiento de muchas de las concesiones de peajes en Cataluña entre el 2018 y el 2021, el CAIC propone no renovar estas concesiones y sustituirlas por un canon que financiara únicamente el mantenimiento de las infraestructuras y evitar así los costes de amortización de la obra y los beneficios para las concesionarias que cubren actualmente los peajes. El presidente del CAIC, Francisco Gutiérrez, ha señalado que se trataría de un sistema de copago entre usuarios y administraciones y ha calculado que representaría un coste para los conductores de entre el 20% y el 35% en comparación con las actuales tarifas de los peajes.
‘Hay que plantear si el mantenimiento de estas vías tiene que ser a cargo de los usuarios o de los presupuestos públicos. La UE ha hecho diferentes directivas indicando que tendría que ir a cargo del usuario. En el contexto actual, se ha reducido la inversión en construcción y mantenimiento, pero estas infraestructuras seguirán necesitando recursos’, ha añadido Gutiérrez. ‘Proponemos el copago del uso por parte del usuario y de la administración y habría que definir qué porcentaje asume cada parte. También se tendría que tener en cuenta el criterio medioambiental, como ya se está empezando a plantear en las principales áreas metropolitanas de Europa’, ha apuntado.
Vencimientos de las concesiones
En Cataluña, la primera concesión en vencer será el tramo Vila-seca-Castelló de la AP-7. El gobierno español se comprometió durante el mandato de Ana Pastor al frente del Ministerio de Fomento a levantar los peajes a medida que vayan venciendo las concesiones. En este sentido, el CAIC apunta ‘la urgencia de un nuevo modelo de gestión para financiar las vías de alta capacidad’, un hecho con especial impacto en Catalunya, puesto que el 20% de las autopistas y el 7% de las autovías de España se encuentran en dicha autonomía.
‘Hace falta un equilibrio del sistema. El canon tiene que ser finalista y se tiene que dedicar íntegramente a mantener las vías para asegurar un equilibrio entre los ingresos y gastos del sistema. Igualmente, el sistema se tendría que aplicar a las autopistas, pero también habría que extenderlo a las autovías, puesto que si no se derivará tránsito de las primeras a estas últimas. También hay que introducir el principio de no discriminación entre los usuarios por razones territoriales, ni tampoco costes añadidos para los transportistas de mercancías: tiene que ser neutro’, ha reflexionado el representante de la Cámara de Contratistas y miembro del CAIC, Joaquim Llansó.
Según Llansó, se tendría que definir el modelo y concretar qué vías entran en el canon, hacer pedagogía de las ventajas que se tendrían con este nuevo sistema y crear un órgano gestor en cada autonomía encargado de cobrar las tarifas.