El próximo 23 de junio los habitantes del Reino Unido decidirán si quieren seguir permaneciendo en la Unión Europea o prefieren abandonarla. A pesar de que él aboga por la permanencia, el primer ministro David Cameron prometió en su programa electoral que habría un referéndum para decidirlo, igual que hiciera con la posible independencia de Escocia.
Son muchos los interrogantes que rodean el futuro del Reino Unido en caso de que el pueblo opte por la salida de la UE. Se ha venido comentando que eso podría tener graves consecuencias en el devenir de la Pérfida Albión, pero en realidad es toda incógnita. Sin embargo, los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) ya han explicado en un informe que el país podría ver reducido su PIB en un 5,5 %. Obviamente, el Reino Unido debería buscar nuevas fórmulas para relacionarse comercialmente con el resto de países del marco europeo. Lo que parece meridianamente claro es que el Brexit supondría una sensación de inseguridad e incertidumbre que podría afectar a los inversores, tanto locales como internacional, y causar un colapso del funcionamiento normal de la economía del país.
Una de las razones por las que el Reino Unido quiere salir de la UE es reducir la presión fiscal que sufre. En el hipotético caso de que salga el leave, se ahorrarían un 30 % de su PIB. Lo que parece un buen trato se vería contrarrestado por la necesidad de cubrir una serie de servicios que ahora mismo es Bruselas quien los financia.
De todas formas, parece que todo el mundo pretender arrimar el ascua a su sardina con el objetivo de condicionar el voto de los indecisos. En los meses previos a la votación se han generado una serie de debates de toda clase en los que se ha tratado de esclarecer las consecuencias de una decisión u otra. El propio David Cameron avisaba hace un par de semanas de que la salida de la UE podría afectar de manera directa a las hipotecas, de manera que aquellas personas que quieran optar a comprar una vivienda tendrán un sobrecoste de unos mil euros al año.
Si nos centramos en nuestras fronteras, el Brexit también tendría graves repercusiones en España, presuntamente. Actualmente, España exporta 18231 millones de euro al Reino Unido. Sin embargo, en caso de que los británicos salieran de la Unión Europea, el acuerdo comercial debería cambiar y se vaticina que el superávit en la balanza comercial caería o desaparecería en este caso. Tampoco hay que olvidar que el Reino Unido es el sexto país que más invierte en España, con la nada desdeñable cifra de 48 mil millones de euros. Y, cómo no, el número de turistas también se podría ver reducido. En 2015 fueron 15 millones y medio de turistas británicos los que disfrutaron de nuestros atractivos, que gastaron más de 14 mil millones de euros. Asimismo, el terremoto político que podría generarse en España sería similar en Cataluña al que se produjo con la posible independencia de Escocia.
Sea como fuere, apenas queda una semana para que conozcamos el desenlace final.